¿Quién soy?

Desde que fui tomando conciencia de mi alrededor, una pregunta venía a mi cabeza: ¿Qué es el hombre? Según los cristianos, es un ser hecho a imagen y semejanza de Dios. Pero no teniendo yo claro el concepto de Dios, seguía haciéndome la pregunta: ¿Qué es el hombre? Cuando iba al instituto, decidí preguntarle a nuestro profesor de filosofía:
-¿Qué es el hombre?
A lo que él respondió:
-Según Aristóteles, es un animal racional.
-Ya. ¿Y según tú? ¿Tú qué piensas?

El silencio se apoderó del aula. Después de mirarme fijamente unos segundos, pareció buscar en sus apuntes y hojas que había encima de la gran mesa enfrente nuestro, ante la cual él estaba sentado detrás, en una butaca confortable, que le ayudaba a adquirir aires de cierta autoridad y respeto. Pero aquella pregunta no parecía estar entre aquellas hojas, que se iban deslizando entre sus dedos a ritmo despacio, mientras nuestro profesor hacía muecas de desagrado.

Al final abrió la boca, para decirme algo así como que esa pregunta era demasiado complicada, y que nos estábamos desviando del temario, la ética Kantiana.

Seguía sin econtrar la respuesta, pero yo buscaba y buscaba. Freud supuso un chock para mí, pues decía que los hombres somos infelices por reprimir el instinto o deseo que todos poseemos de matar a nuestro padre, para poder así ocupar su lugar, y unirnos sexualmente con nuestra madre.

Pero esta visión tampoco terminaba de convencerme…

Según la versión oficial de la ciencia y el neodarwinismo(que poco tiene que ver con las ideas de Darwin…), somos el resultado de unos cambios azarosos en nuestros genes, que luego tienen que pasar el test de la supervivencia en el medio ambiente. Es decir, una tirada de dados que produce infinitas variaciones, y luego el medio se “carga” a aquellas que no son viables. Es decir, los cambios positivos no son guiados por absolutamente nada, y se moldean la infinidad de variaciones posibles mediante la lucha por los recursos escasos del medio, a través de la supervivencia de los mas aptos.

Luego leí a Nietzsche, quien afirmaba que el hombre es un paso intermedio entre el mono y el superhombre…

Más tarde, un amigo mío se inició en la masonería, y me contó que somos pensamientos en la mente del Gran Arquitecto, deseando aumentar la frecuencia de vibración de nuestra energía.

Todavía no sé qué es el hombre… pero una cosa sí que se…
¡mola!

Publicado el 16/12/2012 en Relatos. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.

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